Domingo 26 de febrero de 2012 | Publicado en edición impresa
Música / Jazz
Erica Sings Billie
El placentero homenaje de Erica García a uno de los grandes próceres del jazz
Erica Sings Billie. / Canto: Erica García. / Piano: Mariano Agustoni / Contrabajo: Nicolas Rainone. Batería: Javier Martinez. Boris, Club de Jazz.
Nuestra opinión: muy bueno.
Aunque la historia artística de Erica García se sitúa en el rock, su presentación, anteanoche, en Boris, Club de Jazz, dejó en evidencia que el jazz le sienta bien. Eligió cantarle a Billie Holiday, ícono del jazz no sólo por su hermoso modo de cantar si no también por su trágica existencia.
Con un repertorio basado sobre las canciones que hacía Billie y con un trío formado por Mariano Agustoni en piano, Nicolás Rainone en contrabajo y Javier Martínez en batería, García mostró ser una vocalista de canto flexible, de voz cultivada, pero no en las reglas de la comedia musical o del canto lírico, si no del rock y del blues, lo cual le dio un tono entretenidamente inusual para los escenarios de jazz porteños.
Nada más lejos, entonces, que la actitud acartonada, las acrobacias vocales y la búsqueda del belle canto para este espectáculo cuyas líricas tratan acerca del amores, ilusiones y abandonos.
Comenzó con dos clásicos "All Of Me" y "Stormy Weather"; al primero le imprimió un swing sostenido, mientras que en la segunda canción su tono ganó rudeza y el "No puedo soportar tanta tristeza dentro de mi" sonó tan genuino que por un momento la noche pareció deternerse en el club.
En "Cheek To Cheek" el grupo, un trío que caminó correctamente el repertorio, logró acercarse a la emocionalidad de esta artista, capaz de hacer propios los clásicos del género. Lo fraseó arrastrando las sílabas como si dudase de contarle al público sus sentimientos.
Llegan dos temas centrales del show como "Lady Sing The Blues" y el legendario "God Bless The Child", caballito de batalla de Holiday, que la cantante tomó por asalto. García exhibe una rica musicalidad que la hace una crooner de interesante expresividad, donde la calidez como la adustez tienen su momento. Rica en matices, sin recurrir a florituras, más cercanas al canto lírico que al jazz, sabe entrar en el tinte emocional de las palabras. Maneja su relación con el público; cuando quiere llega a él, pero por momentos se aleja y se vuelve distante, como en "Come Rain or Came Shine" donde expresó "Te voy a amar como nadie te ha amado, llueva o brille" y lo dice segura de sí misma, sin importarle a quién va dirigido. La cantante solamente lo sabe.
La estructura del conciertLa estructura del concierto parece armada por pares de temas que proponen una cierta actitud: en "Me Myself and I" mostró una elegancia urbana en su fraseo, un estilo de canto llano, en tanto que en "The Man I Love", su esperanza tomó vuelo: "Algún día va a venir el hombre que amo y voy a hacer mi mejor esfuerzo para hacer que se quede". Su voz suena creíble, intensa aunque exhiba, al mismon tiempo, un dejo de ironía que quizás la salve de posteriores desilusiones.
Por ejemplo, en el archicantado "Summertime", García eligió llevarlo al Caribe y le dio un tono latino que le quitó la pesadez del tiempo.
Sin embargo, quizás en "Body and Soul", la artista alcanzó su cenit expresivo. A un medio tiempo muy cómodo para su fraseo, García pareció saborear cada palabra, a la cual le prestó una intencionalidad renovada. "Te lo digo en serio, soy para ti en cuerpo y alma" y sonó más a advertencia que a invitación.
A todo esto, el trío mostró ser un grupo de acompañamiento comprometidos con la propuesta. El trío puede sonar fuerte sin por ello opacar a García que -quizá por su carrera en el rock- mostró un fluido manejo del escenario y de los tiempos.
Cerraron con un tema rápido que quitó, de alguna manera, ese sabor introspectivo que tiene el repertorio de Holiday. García no eligió quedarse dentro de la regla del canto jazzístico sino sencillamente cantar y el público agradecido..